Una tontería, pero me llamó la atención cuando me lo dijeron. El procedimiento no puede ser más fácil. Se pica abundante perejil fresco, se saltea un momentín en el aceite. Se echa el huevo batido y se hace la tortilla. Lo que no sabía era que el perejil se usa como emenagogo.
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Pura enemagogia. Y rica.
Buenas, Sr. Mochales. No solo enemagógica, sino fácil y rica. Oiga, ¿tiene algo que ver con esa elegante empresa, Vudumedia? ¿Y con los contínuos recopiladores de tonadillas para un guateque de jalogüin? He de confesarme fan de ambos.